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viernes, 6 de enero de 2012

Los dientes del niño, su cuidado empieza en el embarazo

No es difícil deducir que una buena dentición depende de una buena alimentación de la madre antes, durante y después del parto. El desarrollo de los dientes empieza por lo menos seis meses antes del parto. Está pues comprobado que con un buen régimen alimenticio de la madre, ayude a echar los cimientos de unos dientes buenos y sanos en la criatura. Después del nacimiento a fin de que los dientes continúen su desarrollo normal, es importante que el niño reciba la mejor alimentación posible. Para ello, la madre debe llevar una vida sana, alegre y llena de optimismo.

La dentición es un proceso normal que continúa desde más o menos la edad de seis meses hasta los dos años y medio. Es muy normal que el niño se ponga irritable a la aparición de los primeros dientes y este hecho hace que la alimentación no sea muy buena. De lo que debemos estar convencidos es que la dentición por sí sola raras veces causa enfermedad o fiebre. Si el niño se encuentra entre los seis y dieciocho meses y presenta sensaciones febriles o de enfermedad, no debe atribuirse a la dentición, porque puede

ser otra causa como un resfriado, dolor de oído u otras dolencias propias de la niñez.

La primera dentición consiste en veinte dientes, diez en el maxilar superior y diez en el maxilar inferior. A la edad de un año el niño presenta seis dientes y así sucesivamente. Para tener dientes fuertes y sanos, durante la segunda mitad de su año, debe darse alimentos secos y duros. El ejercicio producido al morder y masticar ayuda al desarrollo de los dientes, fortalece los maxilares para tenerlos fuertes y sanos. Existe una marcada tendencia de mantener al niño demasiado tiempo con papillas suaves, este hecho no permitirá un buen desarrollo de los dientes. Puede comenzar a darle un pedazo de pan tostado y seco o un alimento duro de cualquier clase, pero se recomienda atenderlo cuidadosamente sin dejar de vigilarlo, hasta que aprenda a comerlo y valerse por si mismo. Evítense los chicles, dulces o chocolates, porque estos alimentos requieren un aseo bucal posterior, a lo cual el niño aun no está habituado, sépase también que cualquier dulce provoca descalcificación de los huesos y debilitamiento del esmalte de los dientes.

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