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viernes, 6 de abril de 2012

OSTEOPOROSIS Fisiopatología

El fenómeno clínico fundamental en la osteoporosis es la fractura. De ella derivan las manifestaciones que llevan al enfermo a solicitar asistencia médica: el dolor, la deformidad y la impotencia funcional. La osteoporosis sin fractura (osteopenia) no parece que pueda causar dolor. El principal factor determinante de la fractura osteoporótica es la disminución de la masa ósea, junto a la desconexión trabecular que la acompaña. Sin embargo, la fragilidad ósea puede reconocer también otros mecanismos. Uno de ellos está relacionado con la suma de lesiones por fatiga. El hueso, al igual que las demás estructuras de soporte, sufre “micro-fracturas” que normalmente son reparadas merced al fenómeno de renovación ósea. Si por alguna razón la renovación no fuera eficaz, aquéllas se acumularían, produciendo con el paso del tiempo una fractura. Otros fenómenos determinantes de fragilidad incluyen anomalías del colágeno y de los cristales.
Junto a la fragilidad, en la aparición de las fracturas intervienen los factores desencadenantes de éstas: la sobrecarga mecánica excesiva para la resistencia del hueso o el traumatismo.
Aquélla actúa sobre todo en la columna (esfuerzo). El traumatismo suele revestir la forma de caída, que está en la base del 95% de las fracturas de cadera.
Las caídas aumentan con la edad y son más frecuentes en las mujeres que en los varones. El 50% de ellas se asocia a disfunciones orgánicas, y el otro 50% a factores ambientales.
Entre las primeras destacan los trastornos neurológicos (alteraciones del equilibrio, de la marcha) y del aparato circula-torio (síncopes). Los segundos son también muy variados,
abarcando desde la mala iluminación hasta la presencia de obstáculos en el suelo.

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