domingo, 6 de mayo de 2012

Diagnóstico.

En el diagnóstico de la osteoporosis cabe distinguir dos aspectos diferentes: el de la disminución de la masa ósea (si se define como tal la osteoporosis) y las fracturas.
El diagnóstico de disminución de masa ósea (valor de densidad inferior al umbral) es en sí mismo sencillo (densito-metría).
El problema reside en el hecho de que, al ser asintomática, la disminución de la masa ósea no proporciona elementos de sospecha que indiquen en qué personas se debe medir. Ante la ausencia de manifestaciones debidas a la propia disminución de masa ósea, algunos autores han propuesto considerar indicado el estudio densitométrico en pacientes con factores de riesgo. La mayoría de ellos, sin embargo, no tienen suficiente valor predictivo. Hoy en día las indica-ciones se hallan probablemente restringidas a la menopausia quirúrgica o precoz, al tratamiento glucocorticoide prolongado, al hiperparatiroidismo y al hallazgo de anomalías morfológicas
vertebrales en un estudio radiológico realizado por otras razones.
Con respecto a las fracturas, el primer paso diagnóstico estriba en decidir si existen o no. Suele aceptarse su existencia si la altura anterior o media de la vértebra es un 20% inferior a
la posterior o si ésta es un 20% inferior a la correspondiente a las vértebras adyacentes. El paso siguiente consiste en identificar el origen osteoporótico o no de la fractura. Ayudan a ello criterios clínicos (la presencia de signos de compresión neurológica o de un dolor que no cede con el reposo e incluso aumenta por la noche no es propia de la osteoporosis), analíticos (la anemia y la VSG elevada señalan un proceso tumoral o infeccioso) y radiológicos (la presencia de lisis cortical, la localización de la fractura por encima de D5, la afectación de los pedículos y la coexistencia de un número reducido de vértebras fracturadas –una o dos– con una buena conservación del resto de la columna –ausencia de refuerzo de los platillos, bordes quebrados, nódulos de Schmorl– indican otro origen). En tercer lugar, una vez establecido el origen osteoporótico de la fractura, deben descartarse las formas secundarias tratables. Además de la calcemia y la concentración de fosfatasa alcalina, se determinarán sistemáticamente las hormonas tiroideas y se descartará la existencia de una banda monoclonal en el proteinograma o
de proteinuria de Bence-Jones. No es necesario determinar la PTH si no hay hipercalcemia. Si el paciente no tiene el aspecto propio del síndrome de Cushing, en principio no se re-quiere
el estudio de la función suprarrenal. Se puede determinar la 25-(OH)-D si se sospecha carencia de esta vitamina.
Una vez confirmada la presencia de osteoporosis primaria los marcadores del recambio óseo ayudan a decidir si se trata de una osteoporosis de recambio alto, aunque todavía no está establecido el interés práctico de su determinación. La biopsia ósea, tras marcado con tetraciclinas y procesamiento sin descalcificar, está indicada fundamentalmente para descartar
la existencia de osteomalacia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario