sábado, 23 de junio de 2012

Sonrisas doradas que dan estatus

Cada vez que Manuela Quispe sonríe reparte corazones mientras vende dulces en la calle 2 de Obrajes, no porque esta mujer de 43 años sea una eterna enamorada, sino porque luce corazones de oro en cinco dientes. “Mi papá me los dio como regalo de mis 15 años antes de morir”, cuenta.

Al igual que esta comerciante, muchas personas se incrustan adornos dorados en su dentadura para ganar -y muchas veces aparentar- estatus en las zonas populares de la ciudad de La Paz, como en la avenida Buenos Aires, donde varios dentistas ofrecen este servicio.

Hace algunos años, los precios de una corona fenestrada, que comúnmente se conoce como diente de oro, eran un 80% más bajos que ahora. “Si en 1983 el precio de la pieza llegaba a 60 bolivianos, actualmente asciende hasta 500, según el quilate del metal precioso que prefiera la persona”, dice la odontóloga Carla Mollinedo.

Las coronas fenestradas son permanentes y pueden tener formas de trébol, corazones, letras, líneas talladas en oro o el diseño que el paciente prefiera. Según el dentista Luis Pinta, llevar una sonrisa dorada es un “adorno requerido, pero costoso, que no todos pueden pagar”.

El procedimiento es sencillo, pero requiere tiempo. El paciente debe permanecer tres horas recostado en un sillón dental mientras el dentista desgasta los dientes lo suficiente para que las coronas de oro encajen sin dejar espacios. Las personas reciben una garantía de dos años para el mantenimiento de los dientes y se les recomienda asistir cada tres meses para una limpieza.

Una de las fechas para sonreír y lucir los dientes de oro es la fiesta del Gran Poder, en la que cientos de bailarines combinan sus joyas con sus sonrisas. Días antes de la festividad, decenas de personas acuden a los consultorios para conseguir sus nuevas sonrisas doradas. “Mientras más oro lleves, más plata tienes y eso se ve en los dientes”, dice el odontólogo Erick Ticona.

Otra opción, además de las coronas, es la imitación desmontable. “Lo que se compra acá mayormente son las coronas de oro dent (imitación de oro) para la fiesta del Gran Poder. La usan ese periodo y luego las retiran”, explica Lidia Palacios.

Este oro dent ya viene prefabricado y es más económico. Puede costar 100 bolivianos, con 5% de oro real.

Sin embargo, muchos prefieren sólo el oro real y para ello los consultorios ofrecen planes de pago. “Hay gente que no tiene el dinero, pero para verse bien en las fiestas puede pagar de 20 a 50 bolivianos cada semana”, revela la odontóloga Carla Mollinedo.

Antonia Quispe, por ejemplo, pagó a plazos algunas de sus diez coronas. Al igual que Manuela, Antonia recibió sus dientes de oro como regalo de 15 años. Hoy, a sus 54 años, se siente orgullosa de su sonrisa dorada.

Según el sociólogo Rafael Loayza, “las élites abandonaron las coronas de oro en el momento en que los mestizos ascendieron socialmente y comenzaron a tener plata”.

Álvaro Ortiz tiene un centro odontológico en la Torre Ketal. Según declara, muchos pacientes que atiende prefieren el color blanco y el oro ya no es del agrado de muchos. Este material de porcelana puede llegar a costar 700 dólares por diente. “La gente está mostrando su estatus social de forma diferente”, dice.

Desde el punto de vista profesional, “es un crimen tener una corona”. “No lo recomendamos; todo lo contrario, nosotros sacamos las coronas”, dice Fernando Ortiz, que trabaja con su hermano Álvaro, y asegura que el oro en la dentadura puede ocasionar problemas como el mal aliento, caries, roturas de los dientes, alergias y otras complicaciones, especialmente cuando se trata de oro dent y no de oro real.

Pero los peligros no cuentan para Manuela y Antonia, quienes al mirarse en el espejo sólo quieren ver brillar sus dientes. Para ellas, sus sonrisas doradas se han convertido en parte de su vida. “Me he acostumbrado a verme así, va a ser raro cuando me los saque”, confiesa Manuela.

La autora es estudiante de Comunicación de la Universidad Católica Boliviana.

53 consultorios dentales en diez cuadras de la avenida Buenos Aires
En diez cuadras de la avenida Buenos Aries hay más de 53 dentistas, consultorios dentales, clínicas dentales y centros odontológicos. Al menos 20 de ellos colocan “dientes de oro”.

En esta populosa avenida, los consultorios se distinguen por sus carteles, algunos de ellos luminosos, que se exponen en las paredes y otros en las aceras.

Estos centros, ubicados lado a lado, conviven en medio de carnicerías, peluquerías, hoteles, librerías y otros negocios. Generalmente son las mujeres las que solicitan este servicio, aunque también algunos hombres.

Las curaciones, extracciones, prótesis, ortodoncias, limpiezas dentales y rayos X también se ven anunciados en las fotografías y carteles que invitan a realizar las consultas.

Muchos de los dentistas trabajan con un mecánico dental, quien es el encargado de tallar las prótesis, placas y coronas. Los materiales que se utilizan para realizar estos procesos varían de acuerdo con la economía de los pacientes. Se puede utilizar porcelana, acrílico, plata, oro real e imitación de oro.

En la avenida Buenos Aires, la escala de precios en servicios médicos dentales es accesible a todos los bolsillos, ya que en muchos de estos sitios se les da la opción de realizar los pagos a plazos durante y después de los tratamientos.

1 comentario:

  1. Estimados, yo escribí este reportaje y no veo mi nombre en ningún lugar. Espero la correción.

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