martes, 16 de mayo de 2017

Enfermedad periodontal

La enfermedad periodontal, es una de las patologías con más prevalencia en el ser humano. Al respecto de esta enfermedad, muchas investigaciones advierten que las consecuencias van mucho más allá de la estética o de las repercusiones bucodentales, sino que también hay evidencias que vinculan la enfermedad periodontal con el mayor riesgo de sufrir un evento cardiovascular, de diabetes o de controlarla peor, o de sufrir un parto prematuro.

La enfermedad periodontal es una patología que afecta al periodonto, es decir, a los tejidos que sostienen a los dientes. Esta es una patología infecciosa, causada por múltiples bacterias. Hay dos grandes grupos de enfermedades periodontales: gingivitis (inflamación superficial) y periodontitis (destrucción más profunda de los tejidos periodontales). Su prevalencia la convierte en la patología más frecuente en la cavidad bucal del ser humano, junto con la caries.

Esta situación tiene graves repercusiones para la salud oral: los tratamientos son más sencillos y exitosos en las fases iniciales de la enfermedad, siendo el diagnóstico precoz importantísimo; por el contrario, cuanto más se retrasa el tratamiento, más avanza la enfermedad, más complejo es el tratamiento y más severas son las secuelas.

La enfermedad periodontal es una infección causada por bacterias situadas bajo la encía, en concreto, entre la encía y el diente. En la gingivitis, la acumulación de bacterias bajo la encía, organizadas en forma de placa bacteriana (actualmente denominada biofilm dental), conduce a la inflamación de los tejidos adyacentes. Siempre que haya placa bacteriana, habrá algún grado de gingivitis.

Sin embargo, para que la gingivitis progrese a periodontitis, son necesarios varios factores entre los cuales están: factores genéticos (antecedentes familiares); ambientales: estrés, alcohol, sobrepeso y, sobre todo, tabaco; enfermedades del resto del cuerpo: diabetes, la osteoporosis, cualquier enfermedad que suponga una bajada en las defensas (inmunodepresión) o infecciones frecuentes por virus como el herpes; ciertos medicamentos: fármacos inmunosupresores, antagonistas del calcio para pacientes hipertensos, anticonvulsionantes, antiepilépticos o anticonceptivos orales que favorecen la inflamación y el aumento de sangrado de la encía; malos hábitos de higiene de la boca, junto con la ausencia de cuidados odontológicos, y factores de la propia boca o de los dientes, como la presencia de dientes torcidos y restauraciones dentales mal hechas.

En conclusión para prevenir la periodontitis, es necesario mantener una buena higiene oral para controlar los niveles de placa bacteriana dental, pero en personas predispuestas, a pesar de una correcta higiene oral, puede tender a producirse la enfermedad. Por lo tanto, la higiene oral es un importante pilar de prevención de las enfermedades periodontales, pero no el único. Se debe acompañar de revisiones periódicas con un especialista en periodoncia, para que se pueda realizar un diagnóstico precoz de la enfermedad en caso de que se presente.


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