La dentina, contiene un gran número túbulos con terminaciones nerviosas provenientes de la pulpa, es por eso que cuando la dentina está expuesta, se produce la sensibilidad dental. Entre las causas, más comunes de esta afección tenemos:
- Cepillarse los dientes bruscamente o con cepillo desgastado: Puede llegar a desgastar el esmalte y retraer la encía, dejando expuesta la dentina lo que provoca sensibilidad.
- Sustancias ácidas: Gaseosas, cítricos, bebidas isotónicas, reflujo gastroesofágico e incluso vomitar frecuentemente causa que el esmalte se disuelva.
- Bruxismo o rechinar los dientes: Desgasta el esmalte y expone la dentina que es la que contiene los pequeños conductos que transmiten las sensaciones hasta el nervio. Una buena solución es una férula de descarga que proteja nuestra dentadura en los momentos en los que apretamos (generalmente al dormir).
- Periodontitis y encías retraídas: Las encías retraídas dejan al descubierto el cuello del diente donde el grosor del esmalte es menor o inexistente. Al quedar esta zona al descubierto suele aumentar la sensibilidad.
- Caries: Destruye el esmalte alcanzando la dentina y pudiendo llegar a la pulpa si la caries está muy avanzada.
- Tratamientos dentales: La profilaxis, ortodoncia y el blanqueamiento dental entre otros suelen causar hipersensibilidad dental durante algunos días, esta desaparece con la aplicación de barnices o geles fluorados que le aplicara el odontólogo.
- Restauraciones u empastes deteriorados. Si no están bien hechos o si ha pasado mucho tiempo es posible que los empastes se rompan o que comiencen a deteriorarse por los bordes. En estos casos lo más recomendable es sustituir el empaste por uno nuevo.
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