En otras áreas de la ciencia los avances son increíbles y ya es una realidad la obtención de la energía extraída del espacio, agricultura en los océanos, explotación de yacimientos submarinos, uso generalizado de la energía nuclear y pronto será posible la elaboración automática de todos los procesos químicos, minas en los planetas, fabricación de elementos con base en información computarizada, copia automática de todo objeto, control de tiempo y transmutación de los elementos. Si se sigue con el listado de posibilidades científicas este comentario se volvería extenso y pesado, parecería un memorándum de actividades por cumplir.
Surge entonces la pregunta de rigor: ¿Hacia dónde debe ir la odontología?
La respuesta es tajante: a lo científico, a la detección de las causas reales de la enfermedad y a su erradicación mediante la aplicación de medidas preventivas específicas que permitan conservar sana a la humanidad.
Surge entonces la pregunta de rigor: ¿Hacia dónde debe ir la odontología?
La respuesta es tajante: a lo científico, a la detección de las causas reales de la enfermedad y a su erradicación mediante la aplicación de medidas preventivas específicas que permitan conserv ar sana a la humanidad.
La prevención de enfermedades bucodentales por parte de la odontología es la mayor manifestación de la nobleza, altruismo y capacidad científica de esta profesión y por eso la necesidad de que la misma lidere la ejecución de programas preventivos a nivel mundial y nacional que permitan mantener bucodcntalmcntc sanas a las poblaciones. El no hacerlo y continuar en su predominante actividad rehabilitados puede ser interpretado por las comunidades como una manifestación de carácter mercantilista, que no se interesa
en el bienestar de la población y que su único propósito es el beneficio económico de los odontólogos.
Muchos odontólogos con mentalidad preventiva y científica han venido diciendo desde hace decenas de años: ¡basta de mecánicos dentales, odontotécnicos y dentistas, posando como los representantes de una
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