Los odontólogos, finalmente, se involucraran en el gran mundo de la ciencia y será común y corriente verlos trabajar e investigar en campos de la biotecnología como control genético, la inmunología y el control biológico, en tecnología educativa masiva a través de televisión y prensa.
Desde hace muchos años le llegó la hora a la odontología de abandonar el ejercicio tradicional mecánico o técnico que le valió el vulgar mote de profesión Je saca muelas para adentrarse en las soluciones preventivas,
modernas, de gran impacto para la comunidad.
Por todo lo expuesto se hace necesario recordar a las entidades universitarias la importancia que tiene la aplicación racional del método epidemiológico, para la formación de recursos humanos en el ejercicio de la odontología.
Siguiendo el curso de la historia natural de la enfermedad se observa que las condiciones biológicas, económicas, sociales y políticas son las grandes determinantes para que se produzcan las patologías. Por tanto, teniendo en cuenta el raciocinio científico se deduce que la solución de los problemas está en erradicar la causa real, no la aparente.
Grandes tratadistas de la epidemiología, Snow. Leavell y Clark, MeMahon, Kolimón, Rey Calero, Fletcher, Armijo, Guerrero y otros, han explicado que dicho proceso se gesta en las fases inespecífica y específica, en el período prepatogénico, de la historia natural de la enfermedad. Cuando el odontólogo la detecta clínicamente ha pasado mucho tiempo, lo cual hubiera podido evitar, prevenir, con la aplicación de medidas de prevención específica.
Los odontólogos tratan y controlan la enfermedad, rehabilitan las secuelas dejadas por ella, pero esa no es la solución para las caries y las periodontopatías. La solución real es la prevención específica. La viruela no fue
exterminada por los médicos, fue la gran medida preventiva llamada vacuna la que permitió erradicarla del planeta. Si se aplican medidas como esa, pronto doblarán las campanas para multitud de patologías.
En todos los países del mundo le corresponde a los ministerios de educación y salud, a las instituciones que dirigen la educación superior o universitaria, a las asociaciones, sociedades, colegios y federaciones odontológicas nacionales y seccionales o regionales, las sociedades científicas odontológicas, a todos y cada uno de los odontólogos, adelantar una dedicada campaña. permanente, seria, científica, para que las facultades de odontología formen un odontólogo con la mentalidad de conservar bucodentalmente
sana a la población.
Mantener bucodentalmente sanos a sus pacientes es un deber moral, ético, social, económico y político de la odontología. Dejar que ellos se enfermen para poder trabajar no es honesto. Las facultades de odontología forman el futuro profesional y son ellas las que deben grabar en la mente de cada uno de sus egresados que lo realmente importante es conservar bucodentalmente sanos a sus pacientes. Si es así, en pocos años habrá una mayoría de población mundial bucocentalmente sana.
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