Una sonrisa perfecta, un aliento agradable y unos dientes blancos son el marco perfecto del rostro. Es por ello que se debe tener cuidado al momento de cepillarse los dientes, pues se lo debe hacer perfectamente.
Ya que cuando se cepillan los dientes se elimina la placa dental, una capa fina de bacterias que se adhiere a los dientes y ocasiona caries, enfermedades en las encías y, si se ignora por mucho tiempo, puede hacer que los mismos se caigan.
El cepillo es lo más importante. Lo principal es elegir un cepillo de dientes con cerdas de nailon suaves. Este eliminará la placa dental y restos de comida de los dientes, sin irritar las encías o desgastar el esmalte de los dientes, como lo haría un cepillo de cerdas duras.
Un dato muy importante es que con el tiempo las cerdas se desgastan, pierden su flexibilidad y efectividad. Por ello se debe cambiar el cepillo por uno nuevo cada 3 o 4 meses, o en el momento en que las cerdas comiencen a separarse y pierdan su forma.
No pueden faltar. Al momento de cepillarse se debe hacer con una pasta dental con fluoruro. Este ingrediente no solo ayuda a eliminar la placa dental, sino que también fortalece el esmalte de los dientes. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que la pasta dental con fluoruro no debe ingerirse, ya que el hacerlo en una cantidad significativa puede traer consecuencias serias a la salud. A esto se le suma utilizar hilo dental, esto es tan importante como cepillarse los dientes, ya que elimina la placa, las bacterias y restos de comida atrapados entre las zonas de los dientes a donde el cepillo de dientes no llega.
Los consejos de una doctora. La odontóloga Cinthia Suárez indica que lo ideal es cepillarse tres veces al día después de cada comida, limpiando con la técnica de barrido, la cual consiste en girar el cepillo 45 grados de arriba hacia abajo y luego usar un enjuague bucal durante 60 segundo. "Se debe cepillar la lengua tres veces al día también, ya que se acumula la placa bacteriana, es por eso que algunas personas tienen su lengua blanca", contó la experta.
1. Con calma. Si le dedica menos de dos minutos, estará dejando zonas sin limpiar, un regalo para las bacterias.
2. Cuidado. Si se ha tomando bebidas con gas o cítricos, el cepillado inmediato puede afectar al esmalte.
3. Cepillo. Hay que completarlo con cepillos interdentales y limpiando la lengua con raspadores diseñados para ello.
4. Enjuague. Enjuagarse vigorosamente después del cepillado disminuye el efecto del dentífrico y el flúor no fortalecerá el esmalte.
5. Ideal. Si han estado enfermos se debe cambiar el cepillo para que no se convierta en una reserva de virus.
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