Lucir una sonrisa bonita y perfecta es algo que se puede lograr gracias a la ortodoncia, especialidad odontológica encargada de corregir las formas de las arcadas dentarias o esqueléticas, es decir, modificar la posición de defectos óseos y dientes mal colocados haciendo que se alineen.
Los resultados son más efectivos en la etapa infantil porque se está en pleno crecimiento.
“La ortodoncia es la rama de la odontología que se encarga del estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las anomalías de forma, posición, relación y función de las estructuras dentomaxilofaciales, siendo su principal tarea corregir los trastornos funcionales de la masticación”, explicó el ortodoncista Rufo Chávez.
La edad es importante a la hora de realizar un tratamiento en ortodoncia, siendo lo ideal realizar un chequeo médico entre 7 a 8 años de edad de manera preventiva. Los problemas más recurrentes en niños, jóvenes y adultos son la mala posición dental que es tratada a partir de los 11 años.
“Entre los problemas dentales más frecuentes están la mordida abierta, cruzada e invertida provocadas por los malos hábitos: lactancia prolongada hasta los 3 ó 4 años, el uso del biberón, cuando el bebé no hace mucho esfuerzo para absorber la leche y evita el crecimiento de los maxilares”, explicó el ortodoncista.
PROBLEMAS
Mordida abierta.- Se produce cuando algunos de los dientes no van a tener contacto entre los superiores e inferiores, causando que la persona no pueda cerrar completamente sus dientes. Las causas son: succión digital (chupar el dedo) y la deglución con empuje lingual (empujar los dientes con la lengua).
Mordida cruzada.- Una de las maloclusiones (mal alineamiento dental) más frecuentes, se presenta cuando al morder normalmente los dientes superiores no caen levemente por delante de los inferiores. Las causas son diversas: erupción anormal de los incisivos permanentes, dientes supernumerarios y deficiencia del perímetro del arco, entre otros.
Mordida invertida.- Ocurre cuando los dientes superiores se ubican por detrás de los inferiores, cuando el niño junta sus dientes. Anomalía que se relaciona con una alteración hereditaria que determina un menor desarrollo del maxilar superior.
“En casos severos, se comienza el tratamiento ortodóncico antes de los 11 años, con la utilización de máscaras ortopédicas para jalar el maxilar. Por lo general, se utiliza en la anomalía de mordida cruzada. La oclusión dental va como un resorte, donde el maxilar superior debe estar superpuesto al inferior por lo menos de 1 a 2 mm como norma”, aseguró Chavez.
TRATAMIENTO
La Organización Mundial de la Salud considera que la maloclusión es el tercer problema de salud oral en prevalencia, pues una incorrecta alineación dental predispone a secuelas perjudiciales como una incorrecta higiene oral, riesgo de generar caries y enfermedades periodentales, entre otros.
“La aparatología utilizada depende de cada caso, así como el acudir a consulta una vez comenzado el tratamiento, porque de nada sirve que se inicie con el mismo y no se realice un seguimiento constante o se lo abandone. En niños de 13 años, cuando no es grave el problema dental se arregla en un año. En jóvenes de 16 a 17 años entre año y medio a dos si existe una mala posición dental”, agregó el ortodoncista.
De 20 años para adelante en los casos simples no demora mucho tiempo, pero sí en personas adultas o mayores de 60 años que tienen problemas de giroversión (rotación dental) que requiere tratamientos más prolongados, constantes y de mucha paciencia.
El material que se utiliza para este tipo de tratamientos, son los brackets que pueden ser: metálicos, de cerámica, estéticos y transparentes.
Brackets metálicos.- Son los más comunes debido a que son confiables, resistentes y la fuerza que aplican no se compromete, por lo que el tratamiento tiende a ser más corto y el costo más reducido.
Brackets de cerámica.- Son de gran calidad y no tienen los inconvenientes de los plásticos, aunque su costo es más elevado.
Brackets estéticos.- Los brackets estéticos son de diversos materiales, pero el de zafiro es más resistente y no se mancha, pero su arco debe ser metálico.
Brackets transparentes.- Permiten la reducción de la fricción con la consecuente reducción del tratamiento.
“Por lo general quienes solicitan los brackets transparentes son los que trabajan en televisión. La técnica aplicada es personal, ya que cada paciente tiene una necesidad diferente y de esto depende del tiempo en que se utilizará el aparato”, acotó Chávez.
El tratamiento es mucho más positivo cuando se realiza en la niñez, cuando el hueso cede completamente y se reacomoda, porque en el caso del adulto eso ya está calcificado, por tanto el movimiento es más duro, pero se logra modificar esta anomalía a cabalidad.
“Para que el tratamiento tenga el éxito deseado lo importante es consolidar una triada perfecta entre el especialista, el paciente y la constancia en las consultas. Un diagnóstico clínico coherente es evitar masticar cosas duras, una visita regular al dentista de 2 semanas e higiene dental.
Además de un aparato fijo de contención una vez terminado el procedimiento”, finalizó el especialista.
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