lunes, 6 de junio de 2016

Estomatitis herpética

La estomatitis herpética, es una infección viral que provoca inflamación de la mucosa oral que incluye la encía, labios, lengua y el paladar, caracterizada por mucho dolor, enrojecimiento y cambios en tamaño de estas estructuras, con formación de vesículas que se rompen y dejan úlceras dolorosas.

Esta es una enfermedad de alta incidencia y transmisibilidad, causada por el herpes virus hominis (también llamado virus del herpes simple, VHS) y se observa principalmente en niños pequeños. El niño generalmente se recupera por completo al cabo de 10 días sin tratamiento médico. El tratamiento con antivirales usado por vía oral puede acelerar la recuperación.

La mayoría de las personas adquieren esta patología a través del contacto directo con la piel o secreciones infectadas. En muchos, la infección primaria cursa de forma asintomática. Una característica común de las personas con estomatitis herpética primaria, o la recurrente, es el haber padecido una infección aguda reciente. Suele aparecer durante un episodio de enfermedades febriles, o inmediatamente después, como catarro común, faringoamigdalitis, neumonía, meningitis, mononucleosis infecciosa, influenza. Algunas veces el paciente señala que estuvo expuesto a personas con infección herpética de la cavidad bucal o los labios.

El período de incubación de este virus, varía de siete a 14 días. La infección está mundialmente extendida. El 80% de la población adulta es candidata a portar el VHS-1 (virus herpes simple-1). Acontece con la misma frecuencia en ambos sexos. La forma recurrente de la enfermedad se presenta entre el 16 y el 45% de los adultos, el 25% de los cuales presentan más de dos recurrencias en un año.

En su etapa inicial se distingue por la presencia de vesículas discretas y esféricas en la encía, mucosas labial y vestibular, paladar blando, faringe, mucosa sublingual y lengua. Luego de unas 24 horas, las vesículas se rompen y forman pequeñas úlceras dolorosas, con un margen en halo rojo elevado y una porción central amarillenta o blanco-grisáceo, el cuadro clínico se agrava más por la acumulación de placa dentobacteriana, debido a la higiene bucal deficiente y la suspensión de la función masticatoria. El escurrimiento salival (babeo) es evidente. Los signos y síntomas sistémicos y extrabucales que habitualmente se presentan son la fiebre hasta de 38.3 a 40.6º C. y un malestar generalizado con inflamación de los ganglios cervicales y dolor muscular.

Con estímulos como el estrés, debilidad, radiación ultravioleta, traumas, menstruación o inmunodepresión, el virus puede reactivarse.

Las complicaciones que se pueden presentar son: una infección secundaria por herpes en el ojo, denominada queratoconjuntivitis herpética, la cual es una situación de emergencia que puede llevar a la ceguera. Se puede presentar deshidratación si el niño se niega a comer y beber adecuadamente debido a las úlceras bucales.

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